Non/Living Queerings, deshaciendo certezas y trenzando vulnerabilidades: una reflexión colectiva

La pandemia de la COVID-19 ha expuesto al SARS-CoV-2 como un actante no humano potente que resiste a los esfuerzos científicos, de la salud pública y sociopolíticos que se hacen conjuntamente para contener y entender tanto al virus como la enfermedad. Sin embargo, esta narrativa parece ocultar más de lo que revela. La aparente agencialidad del nuevo coronavirus no es más que una manifestación de la continua destrucción de la biodiversidad, el cambio climático, las desigualdades socioeconómicas, el neocolonialismo, el consumo excesivo y la degradación antropogénica de la naturaleza. Además, centrarse en el virus –una entidad que tiene un estado ambiguo entre lo «vivo» y lo «no vivo»– pone en cuestión la situación de la agencialidad de la materia no viva. Mientras que el relato de la potencia vírica parece que ocupa un lugar central, eclipsando el enredo complejo y caprichoso de procesos y fenómenos que activaron estas posibilidades desde el principio, la pandemia de la COVID-19 se convierte en un prisma que arroja luz sobre los problemas de violencia ambiental, injusticias sociales y ambientales, agencialidad sobrehumana y respuestas eticopolíticas que la situación actual pueda movilizar.

Este artículo sirve como un registro por escrito de las conversaciones entre artistas e investigadores del grupo de trabajo Non/Living Queerings, que ha formado parte de una serie de actividades en línea, Braiding Friction, que organizó el proyecto de investigación Biofriction. En el artículo se intenta plasmar el esfuerzo colectivo de trenzar y de entretejer una variedad de perspectivas, cajas de herramientas teóricas, conocimientos y experiencias en el contexto de la pandemia actual de la COVID-19. En particular, el texto se centra en las cuestiones de la crisis, el «efecto de amplificación», la agencia vírica y las ideas cambiantes de la humanidad.