Contaminación de aguas subterráneas. Algunos ejemplos
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La calidad de las aguas subterráneas puede verse alterada por la introducción desustancias asociadas a muy diversas actividades humanas. Los agroquímicos (fertilizantes y plaguicidas) utilizados en las prácticas agrícolas, los residuos líquidos o sólidos de la actividad industrial, la deposición no controlada de residuos sólidos urbanos y el vertido de aguas residuales urbanas son las principales fuentes de contaminación, pero también hay otros como las aguas procedentes de la minería, las fugas de hidrocarburos o las fosas sépticas. En general, la zona no saturada puede favorecer la atenuación de ciertos contaminantes pero, lamentablemente, no representa una protección eficaz, como se deduce de los numerosos casos de contaminación que afectan a nuestros acuíferos. La salinización de las aguas subterráneas en acuíferos costeros es un proceso inducido por la sobreexplotación (explotación intensiva) y debe ser considerada como una forma severa de contaminación que afecta a notables volúmenes de agua y que es difícilmente reversible, al menos a medio plazo. En los últimos años está tomando relevancia la presencia en las aguas subterráneas de los denominados contaminantes emergentes, que son microcontaminantes orgánicos que llegan al medio ambiente a través de las aguas residuales urbanas. Las sustancias incluidas en estos contaminantes son fármacos, drogas de abuso, hormonas, productos del cuidado personal, plaguicidas y disolventes, entre otros. Más recientemente están siendo encontrados nanomateriales y microplásticos