Cumplir la obligación del Bien

Para cumplir la obligación del Bien hay que colocar la obligación, incondicionada y universal de satisfacer las necesidades del alma, antes que cualquier derecho. El alma de las mujeres necesita vincularse a las raíces, a la madre, de la que el contrato sexual y su derecho trataron de apropiarse, apropiándose de su cuerpo, de sus frutos, de la maternidad y del placer libres. Volver a la obligación del Bien es vincularse a esas raíces; conservar la genealogía femenina y la verdad de las mujeres, que están ausentes del derecho porque sus fundamentos están antes, en la autoridad materna. Algunas de esas necesidades del alma de las mujeres son la inviolabilidad del cuerpo femenino, el alejamiento de los hombres violentos y el Doble sí que las mujeres hemos pronunciado, colocándonos en la ambivalencia del todo en la creación. El artículo da cuenta de cómo la jurisprudencia ha recogido esas necesidades del alma y las obligaciones hacia ellas y, haciéndolo, hace pensable otro horizonte simbólico del derecho.