Los cinco sentidos, el cuerpo y el espíritu

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Eric Palazzo
De acuerdo a los autores cristianos de la Antigüedad y la Edad Media , la
tendencia general en la apreciación de la significación simbólica de los cinco sentidos descansa sobre la consideración de la unidad fundamental en el hombre, entre el cuerpo y el espíritu, permitiendo establecer la doctrina de los sentidos corporales y de los sentidos espirituales. Desde los primeros siglos del cristianismo, los teólogos y filósofos se esforzaron en transmitir el concepto griego de “hombre” o el de equilibrio entre el
cuerpo y el espíritu, o alma, en tanto fuente superior, siguiendo e n esto, por un lado, las ideas filosóficas de Platón y, por otro lado, las de Aristóteles. El pasaje bíblico que hemos considerado como texto fundador de esta concepción de la unidad del cuerpo y el espíritu en el hombre, en perspectiva cristiana, es un ex tracto de la primera epístola a los Corintios. El siglo III cristiano ve nacer , del mismo modo el concepto cristiano de
los cinco sentidos espirituales y sus correspondencias con los cinco sentidos corporales. Orígenes (185?- 253?) ha sido el iniciador del concepto de los sentidos espirituales que conduce, principalmente, hacia la reconciliación del alma y el cuerpo por el establecimiento de correspondencias entre los sentidos corporales y los sentidos
espirituales cuyo lugar queda establecido por la encarn ación del Verbo. Algunas expresiones de la anatomía humana en los manuscritos de la segunda mitad de la Edad Media, muestran fuertes similitudes con las ideas de Lactancio en cuanto a la relación entre el hombre exterior y el hombre interior y en cuanto al lugar dado a la cabeza en tanto sitio del alma y donde residen los principales órganos de los sentidos. Como en la
mayoría de las áreas de la teología, el pensamiento de Agustín de Hipona ha tenido una influencia considerable en la comprensión cristiana de los cinco sentidos, lo que implica una profunda reflexión sobre la relación entre cuerpo y mente en el cristianismo. También podemos mencionar a Pedro Damiano en quien encontramos un pronunciado interés por la metáfora del Hombre ciudad donde los sentido s son comparados con puertas y ventanas que dan acceso al mundo exterior y a su conocimiento. Un célebre dibujo contenido en un manuscrito realizado en la abadía alemana de Heilbronn en el siglo XII, resume, en sí mismo, una larga parte de los elementos explorados sobre la relación entre el cuerpo y el espíritu en la teología cristiana de la Edad Media a partir de la exploración de los cinco sentidos. Como veremos, el dibujo también sugiere una profunda reflexión sobre la dimensión sensorial en el viaje de l hombre sobre la tierra y en la perspectiva de l que tendrá que realizar en el futuro, guiado por el modelo de Cristo y las virtudes cristianas. En el folio 130v, vemos un último dibujo a página completa donde el papel de los cinco sentidos en el viaje del hombre en la tierra y en el más allá es
esencial. En algunos aspectos, la iconografía de los dibujos en el folio 130v continúa la reflexión sobre el tema de la persecución de la Iglesia o, de un modo más amplio, la lucha entre el bien y el mal, que está en el centro de la imagen del mencionado folio . En él se expresa el tema del camino de la vida de los buenos y de los malos o los dos caminos de la vida humana. En la parte inferior derecha de la composición, el busto de
la personificación de la naturaleza hace salir de su boca a un hombre desnudo que comienza a subir una escalera cuyos primeros cinco escalones se asimilan a los cinco sentidos por sus inscripciones. En la parte media de la imagen, la escalera se separa en dos caminos ofrecidos al hombre para continuar su derrotero en la tierra y en el más allá. En el cruce de los caminos, el hombre puede elegir entre el bien y el mal. El
personaje que eligió el camino del mal es montado por un diablillo que lo empuja hacia abajo con la ayuda de un tenedor en el que está inscrita, en latín, la máxima: “comportamiento depravado”. No se le escapará al observador atento que el personaje que eligió el “comportamiento depravado” se viste de príncipe y que continúa e l ascenso ” de su escalera apoyándose sobre las bar ras identificadas por la imprudencia, la
intemperancia, la inconstancia y la injusticia. En la parte inferior de la imagen, el “hombre malo” es esperado en el infierno por los demonios y el mismo diablo que tiene en la mano izquierda algunos tipos de filac ter ias que aluden a los “siete demonios” que son la contraparte negativa de Siete dones del Espíritu Santo representados, también en forma de filacter ias en las manos de Cristo entronizado en majestad en el registro superior de la composición. La iconogra fía del folio 130v del manuscrito de Heilbronn es, en muchos aspectos, un caso único en imágenes cristianas de la Edad Media. Ciertamente, el comentarista de la liturgia del siglo XIII no asocia los cinco sentidos con los grados sobre los cuales dise rta . A pesar de esto, uno tiene derecho de suponer que, en la imagen del manuscrito alemán, los cinco sentidos son considerados, también, virtudes, de la misma manera que los otros escalones, las cuatro virtudes cardinales de la escalera “positiva” presentada po r el hombre a condición de que manifieste el deseo de alcanzar la visión de Dios con una buena intención y gracias a su voluntad.
Palabras clave
Cinco sentidos, Cuerpo, Espírito

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Cómo citar
Palazzo, Eric. «Los cinco sentidos, el cuerpo y el espíritu». Mirabilia: electronic journal of antiquity and middle ages, n.º 28, pp. 306-30, https://raco.cat/index.php/Mirabilia/article/view/359715.