Diferentes, desiguales y desconectadas. ¿Quién es quién en las industrias tecnológicas?
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Ana Navarrete Tudela
Este artículo pretende enfocar cuál es el lugar de las mujeres en las industrias tecnológicas.
Sabemos que el núcleo duro de la equidad de género sigue siendo lo económico, cuyo
sistema sexo/género sostiene la relación del ámbito productivo y reproductivo. A pesar de
que las transformaciones del trabajo han favorecido las posibilidades de empleo para las
mujeres, la brecha digital y de clase está en todas partes. No está solamente en el acceso a la
tecnología sino, además, está en la capacidad para utilizarla y, sobre todo, para producirla.
Sólo un sector muy reducido de mujeres accede a las destrezas informáticas, están
conectadas; desde 1997 la presencia de las mujeres incluso ha ido disminuyendo en todas las
industrias audiovisuales y de las TICs. Las consecuencias son nefastas: hay menos mujeres
detrás de la cámara o creando hardware y software, hay menos protagonistas femeninas,
hay menos preocupación por la vida de las mujeres. Si las mujeres no están presentes ni
como productoras, realizadoras, ni como ejecutivas de estas industrias, se produce un efecto
inmediato en el tratamiento (o ausencia) de temas y enfoques de la mujer y se reconstruyen
y refuerzan los estereotipos de género.
No obstante, las TICs han permitido el nacimiento de un activismo feminista, indígena,
autónomo… en las redes y fuera de ellas; algunos ejemplos pueden encontrarse en este artículo.
Demostrando que las tecnologías de la comunicación y la información pueden llegar a ser
herramientas de resistencia, transformadoras, participativas y democráticas, socavando viejas
relaciones sociales y proporcionando una herramienta para la acción política. Hoy se ha hecho
absolutamente necesario para las mujeres hacer suyas las tecnologías, no sólo para dar voz sino,
sobre todo, para visibilizar a las mujeres fuera de las construcciones genéricas, normativas y
jerárquicas. Las subjetividades emergentes necesitan otros modelos, nuevos modelos. Hoy vivimos
una época de crisis de todo tipo muy propicia para revisar las prácticas visuales y tecnológicas y
reflexionar de nuevo sobre el papel que cumple la representación en la construcción de lo real.
Sabemos que el núcleo duro de la equidad de género sigue siendo lo económico, cuyo
sistema sexo/género sostiene la relación del ámbito productivo y reproductivo. A pesar de
que las transformaciones del trabajo han favorecido las posibilidades de empleo para las
mujeres, la brecha digital y de clase está en todas partes. No está solamente en el acceso a la
tecnología sino, además, está en la capacidad para utilizarla y, sobre todo, para producirla.
Sólo un sector muy reducido de mujeres accede a las destrezas informáticas, están
conectadas; desde 1997 la presencia de las mujeres incluso ha ido disminuyendo en todas las
industrias audiovisuales y de las TICs. Las consecuencias son nefastas: hay menos mujeres
detrás de la cámara o creando hardware y software, hay menos protagonistas femeninas,
hay menos preocupación por la vida de las mujeres. Si las mujeres no están presentes ni
como productoras, realizadoras, ni como ejecutivas de estas industrias, se produce un efecto
inmediato en el tratamiento (o ausencia) de temas y enfoques de la mujer y se reconstruyen
y refuerzan los estereotipos de género.
No obstante, las TICs han permitido el nacimiento de un activismo feminista, indígena,
autónomo… en las redes y fuera de ellas; algunos ejemplos pueden encontrarse en este artículo.
Demostrando que las tecnologías de la comunicación y la información pueden llegar a ser
herramientas de resistencia, transformadoras, participativas y democráticas, socavando viejas
relaciones sociales y proporcionando una herramienta para la acción política. Hoy se ha hecho
absolutamente necesario para las mujeres hacer suyas las tecnologías, no sólo para dar voz sino,
sobre todo, para visibilizar a las mujeres fuera de las construcciones genéricas, normativas y
jerárquicas. Las subjetividades emergentes necesitan otros modelos, nuevos modelos. Hoy vivimos
una época de crisis de todo tipo muy propicia para revisar las prácticas visuales y tecnológicas y
reflexionar de nuevo sobre el papel que cumple la representación en la construcción de lo real.
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Cómo citar
Navarrete Tudela, Ana. «Diferentes, desiguales y desconectadas. ¿Quién es quién en las industrias tecnológicas?». Asparkía: investigació feminista, n.º 22, p. 17, https://raco.cat/index.php/Asparkia/article/view/257285.