Al principio, estaba el analógico. Una historia alternativa de los comienzos del arte computacional

Desde finales de la década de 1960, la historiografía del arte computacional ha estado desarrollando un canon que se está ampliando progresivamente. Sin embargo, este canon revela puntos ciegos significativos, especialmente debido al éxito predominante de los ordenadores digitales, lo que hace que el arte computacional se identifique casi exclusivamente con la tecnología digital. Esta identificación pasa por alto otras clases significativas de computadoras, en particular los sistemas analógicos e híbridos, dejando sin reconocer las contribuciones, las obras de arte y las ideas de muchos pioneros del campo. En consecuencia, la historia del arte creado con ordenadores analógicos e híbridos sigue sin explorarse en gran medida tanto en la historia del arte como en la arqueología de los medios.

Este artículo pretende iluminar este capítulo relativamente oscuro de la historia presentando a las personas y proyectos que utilizaban ordenadores analógicos, aprovechando fuentes históricas previamente desconocidas. El objetivo es subrayar la importancia histórica de una tecnología el interés por la cual está actualmente experimentando un resurgimiento en el campo de la informática.

Los hallazgos revelan que antes de la llegada de los experimentos artísticos con ordenadores digitales, los ordenadores analógicos eran objeto de una exploración pionera. El funcionamiento intuitivo en tiempo real de los ordenadores analógicos fue una ventaja única, ya que presagió una relación hombre-máquina que ahora es común con la tecnología digital.

La narrativa del ordenador analógico constituye un dominio esencial para comprender la diversidad de tecnologías informáticas al inicio de la era informática. A pesar de la escasez de fuentes que documentan estos esfuerzos artísticos, este artículo sirve como un llamamiento a la acción para continuar investigando en esta área descuidada.