El "Informe Universidad 2000" y los Centros Superiores de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

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Javier Olivera Betrán

Recientemente ha salido a la luz el Informe Universidad 2000, coordinado por el profesor Josep Maria Bricall, ex rector de la Universidad de Barcelona y presidente de la Conferencia de Rectores Europeos. En este informe se aborda la imprescindible renovación de la enseñanza superior en España al hilo de los constantes cambios sociales. Es aceptado de manera general que la sociedad se transforma más rápidamente que las instituciones y las mentalidades de la población (que suele ser lo ultimo en cambiar). Las universidades, desde su creación en el siglo XIII, han sido las instituciones encargadas de la formación superior y han debido renovarse con mayor celeridad que otras instituciones sociales para poder responder eficientemente a las demandas sociales de su tiempo: estos procesos son los causantes de las denominadas crisis de la Universidad. El siglo pasado ha sido el más dinámico de la historia de la humanidad, los cambios que han acaecido a lo largo de la centuria y el papel preponderante de la Universidad en la formación de un porcentaje creciente de nuestros jóvenes, han ejercido una fuerte presión para cuestionarse sobre la función de esta institución en nuestra sociedad. En un mundo globalizado, interconectado por la información, que pretende difundir a todos los estratos sociales y geográficos la sociedad del bienestar material y moral, lo prioritario es el conocimiento. Para lograr la conversión de la información en conocimiento y formar personas con talante humano, solidarias con el entorno y visión global, con capacidad para discernir y alto nivel de resolución socioprofesional, es preciso construir un eficaz sistema educativo. La generalización de la educación a todos los niveles, la dignificación de la formación profesional, la investigación básica y aplicada, la formación continua, la aplicación del conocimiento a los estratos sociales, políticos y empresariales y la creación de hábitos culturales entre la población constituyen los ejes fundamentales de la política organizativa de un sistema educativo eficiente. Es evidente que una educación básica de calidad constituye el mejor motor de desarrollo económico para un país y el elemento esencial e imprescindible de la realización personal de individuo. Los países más poderosos del planeta gozan de potentes sistemas educativos, con financiación pública y privada, en el que su nivel de productividad, organización y creatividad y el bienestar individual y social que facilitan, propician su liderazgo político, económico y sociocultural en el contexto mundial. La universidad y la escuela no son las únicas instituciones encargadas de estas importantes funciones, pero si ocupan un papel relevante en el entramado social , pues su papel es esencial en la formación de la población y su futuro se convierte en un asunto de interés estratégico en el debate sobre nuestra sociedad. El Informe Universidad 2000 aparece en un momento oportuno en el que la Universidad tendrá que definir su papel social, sus implicaciones con las otras instituciones, los planes de estudio, sus estructura organizativa, su autonomía financiera en un mercado de libre competencia y su modelo de enseñanza. Se trata de pasar, en primer lugar, de la fábrica de parados a la bolsa de empleo, y todo ello pasa por el progresivo acercamiento entre el mundo académico y el mundo empresarial, lo que debe redundar en el acceso franco al mercado laboral de los universitarios. En segundo término, y como consecuencia de lo anterior, se deben configurar centros autónomos con necesidad de servicio a la sociedad de la que dependen para subsistir, con libre competencia académica e independencia financiera en el exigente mercado de la oferta y la demanda. Los Institutos Nacionales de Educación Física, convertidos en centros superiores de formación de licenciados universitarios por la ley de 1981, y, posteriormente, las Facultades de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y las Escuelas Universitarias de Magisterio especializadas en educación física constituyen el entramado institucional de centros superiores de formación universitaria en nuestro ámbito socioprofesional. Al cabo de casi veinte años de andadura, existe una aceptación social creciente en torno a nuestros estudios, se produce un impacto profesional quasi limitado a las expectativas legisladas, se sufre un reconocimiento académico congelado en el proceso de integración hacia la plena normalización universitaria y se da la paradoja de obtener, año tras año, un clamoroso éxito en la elección de los estudios específicos por la comunidad estudiantil. Ante este sombrío panorama, los centros superiores de formación de profesionales de la educación física y el deporte tenemos una oportunidad histórica para abordar (desde nuestra especificidad, vinculación humana y responsabilidad social) lo más rápida y eficientemente posible los cambios necesarios en la reforma y adecuación de la enseñanza de sus estudios para resolver con éxito los grandes desafíos de los nuevos tiempos, con el fin de encajar definitivamente en el marco social e integrarse satisfactoriamente entre la comunidad académica e intelectual.

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Olivera Betrán, Javier. “El ‘Informe Universidad 2000’ y los Centros Superiores de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte”. Apunts. Educación física y deportes, vol.VOL 2, no. 60, pp. 3-4, https://raco.cat/index.php/ApuntsEFD/article/view/306956.

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